Manuel Cuesta || Canal de Paziencia, espacio de terapia.
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Detalles de algunas zonas donde hemos estado impartiendo el SAT2, dedicado especialmente a la profundización de los eneatipos, subtipos y las relaciones parentales, cerca de Lyon. Para más información de próximos módulos podéis entrar en: https://www.naranjo-sat.com/?pg=sattermine_e
Yo estaré de nuevo en el SAT2 de Mayo de 2024, en Zist, Alemania.
Preguntaban en un post de un canal sobre filosofía qué era para los lectores el sufrimiento, cómo lo definirían. Lacan no dice nada que no aparezca en la tradición sufí o en el Génesis:
No es, en absoluto, un caso aislado o minoritario. A veces el paciente se presenta así: sonriente, sollicito, amable, con determinación a alegrarte el día, y hasta le puede saber mal si algo de lo que me cuenta me conmueve (por no molestarme, diría). Suele ser una persona muy bien valorada en su entorno. Dentro de él puede estar creciendo esa bomba de relojería que en lugar de explotar (como teme) suele implosionar.

Cuando hablo de la tiranía de la psicología positiva, del neoliberalismo, de la meritocracia, de la neo-newage, me referiero, entre otras cosas, a esto:

"Seguí varios días ingresada porque no sabían lo que ocurría. Parecía ser epilepsia, así que procedieron a hacerme un electroencefalograma. También salió bien.

La neuróloga que me atendió, que era un encanto, me hizo muchas preguntas y, finalmente, decidió que me viera un especialista de salud mental.

Y dio con la tecla. Cuando vino el psiquiatra, un ángel, y empezó a hablar conmigo exploté como un volcán. Hablamos sobre mi pasado y presente y terminé la consulta rota, empapada en sudor y temblando. ¿Qué coño me estaba pasando?

Padezco ansiedad desde que tengo uso de razón. De niña simplemente pensaba que esos ataques, donde el corazón saltaba y los pulmones se encogían, me sucedían porque era débil y tonta. Lo mantenía en secreto y nadie de mi entorno se dio cuenta nunca.

Ya pasada la adolescencia, tuve ataques más serios y fui al médico de cabecera, que se limitó a recetarme un tratamiento que me convirtió en zombie y decidí abandonar.

Nunca busqué ayuda psicológica y continuaba creyendo que eso me pasaba por ser muy sensible, por ser una floja.

Pasaron los años y yo "controlaba" mi ansiedad a mi manera: evitando ciertas situaciones y cargando con más culpa. Sustituyendo al psicólogo por hacer deporte o evadiendo los sentimientos con drogas que me hicieran sentir mejor.

Así continuaba mi vida, sin saber que estaba cargando con explosivos mi propia caja de pandora. El detonante de todo: un trabajo nuevo muy estresante donde la frustración era constante, pero yo seguía creyendo que podía sola con todo.

Pero mi cuerpo no pudo. Y petó. Petó en forma de convulsiones que terminaron siendo diagnosticadas como un trastorno de ansiedad y depresión. "¿Cómo pudo ser, si yo estaba dormida?", recuerdo preguntarle al psiquiatra... (sigue en el enlace)"


Publicado por @nu_ce_lar en X y recopilado por Thread Reader

https://threadreaderapp.com/thread/1487878038985617416.html