Forwarded from Akasha Comunidad
#Sí_hay_consecuencias 150224
Estimados miembros de Akasha Comunidad:
Han estado intensos mis días pasados, entre clases y demás labores en la universidad, y se me están acumulando las cosas que quiero compartir con ustedes. ¡Son muchísimas! Así que iré poco a poco, en los momentos de más tiempo disponible, compartiendo el material.
Una de las cosas por compartir es la noticia de que un tribunal Australiano determinó que la empresa que exigió la vacunación a su empleado (quien fue afectado con miocarditis severa luego de la tercera dosis de Pfizer) es culpable.
Es una noticia importante, que deja en claro que puede haber consecuencias para los empleadores que condicionan la permanencia en un trabajo a el que tengan una vacuna. En particular esto es porque al condicionar a los empleados está atentando contra la libertad individual. En el caso en cuestión, el empleado tuvo una consecuencia permanente de estos productos. El tribunal determinó que su condición fue ocasionada por el mandato de vacunación del gobierno y el empleador. Es una responsabilidad conjunta (el empleador argumentaba que 'no era responsable porque fue el gobierno quien impuso los mandatos'). ¡Qué cinismo! En México tenemos un dicho, que probablemente conocen ustedes: "Peca igual quien mata a la vaca que quien le agarra la pata" (O algo así... soy experta en cambiar los dichos populares)... y en este caso, el empleador no solamente agarró la pata de la vaca, sino que condicionó la acción: sin "vacuna" no había empleo. Afortunadamente, prevaleció la legislación y el desenlace fue a favor del afectado. De acuerdo con el tribunal, la responsabilidad del empleador estriba en que contribuyeron significativamente a que el empleado tuviera que inocularse. En otras palabras, no pueden lavarse las manos. Pueden ver la noticia (en inglés) en: https://www.lifesitenews.com/analysis/south-australian-court-rules-employers-who-mandated-covid-jabs-can-be-held-liable-for-injuries/
En México, el gobierno nunca impuso mandatos, pero muchas empresas, instituciones y universidades sí lo hicieron. Tal vez sea tiempo de que las personas conozcan las leyes que los protegen de ese tipo de imposición y discriminación (para comenzar, el artículo 149 del Código Penal Federal; y ha de haber leyes semejantes en otros países) y que los afectados encuentren el valor de pelear legalmente para que asuman su responsabilidad los empleadores.
Estamos en un momento en el que fácilmente podrían volver a exigir comprobantes de vacunación, uso de cubrebocas y demás arbitrariedades para tener derecho a trabajar, divertirse. ¿Será que seguirá callada la mayoría? Deseo que no sea así, pero hace falta más que un deseo. Tal vez debamos recordar que hacer las mismas cosas esperando un resultado diferente es señal de locura (y no hablo de la locura poética constructiva, sino de la locura rancia acefálica).
Les saludo,
Karina AW
Estimados miembros de Akasha Comunidad:
Han estado intensos mis días pasados, entre clases y demás labores en la universidad, y se me están acumulando las cosas que quiero compartir con ustedes. ¡Son muchísimas! Así que iré poco a poco, en los momentos de más tiempo disponible, compartiendo el material.
Una de las cosas por compartir es la noticia de que un tribunal Australiano determinó que la empresa que exigió la vacunación a su empleado (quien fue afectado con miocarditis severa luego de la tercera dosis de Pfizer) es culpable.
Es una noticia importante, que deja en claro que puede haber consecuencias para los empleadores que condicionan la permanencia en un trabajo a el que tengan una vacuna. En particular esto es porque al condicionar a los empleados está atentando contra la libertad individual. En el caso en cuestión, el empleado tuvo una consecuencia permanente de estos productos. El tribunal determinó que su condición fue ocasionada por el mandato de vacunación del gobierno y el empleador. Es una responsabilidad conjunta (el empleador argumentaba que 'no era responsable porque fue el gobierno quien impuso los mandatos'). ¡Qué cinismo! En México tenemos un dicho, que probablemente conocen ustedes: "Peca igual quien mata a la vaca que quien le agarra la pata" (O algo así... soy experta en cambiar los dichos populares)... y en este caso, el empleador no solamente agarró la pata de la vaca, sino que condicionó la acción: sin "vacuna" no había empleo. Afortunadamente, prevaleció la legislación y el desenlace fue a favor del afectado. De acuerdo con el tribunal, la responsabilidad del empleador estriba en que contribuyeron significativamente a que el empleado tuviera que inocularse. En otras palabras, no pueden lavarse las manos. Pueden ver la noticia (en inglés) en: https://www.lifesitenews.com/analysis/south-australian-court-rules-employers-who-mandated-covid-jabs-can-be-held-liable-for-injuries/
En México, el gobierno nunca impuso mandatos, pero muchas empresas, instituciones y universidades sí lo hicieron. Tal vez sea tiempo de que las personas conozcan las leyes que los protegen de ese tipo de imposición y discriminación (para comenzar, el artículo 149 del Código Penal Federal; y ha de haber leyes semejantes en otros países) y que los afectados encuentren el valor de pelear legalmente para que asuman su responsabilidad los empleadores.
Estamos en un momento en el que fácilmente podrían volver a exigir comprobantes de vacunación, uso de cubrebocas y demás arbitrariedades para tener derecho a trabajar, divertirse. ¿Será que seguirá callada la mayoría? Deseo que no sea así, pero hace falta más que un deseo. Tal vez debamos recordar que hacer las mismas cosas esperando un resultado diferente es señal de locura (y no hablo de la locura poética constructiva, sino de la locura rancia acefálica).
Les saludo,
Karina AW
LifeSite
South Australian court rules employers who mandated COVID jabs can be held liable for injuries - LifeSite
Youth support worker Daniel Shepherd experienced adverse events following his first two COVID inoculations and was unwilling to take the risk of a further dose, but he was told by his supervisor that he must receive a third jab within four months of his second…