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Forwarded from El Caimán Barbudo
🌧 CRÓNICAS DEL DESAYUNO: HURACÁN IAN (LA HABANA)

Alexis Díaz-Pimienta

Suena el reloj. Son las siete
de la mañana en La Habana.
Cuba tiene una mañana
ciclónica hoy, 27.
Septiembre nos arremete
con trompones de huracán.
Con puños líquidos Ian
azota, sopla, golpea.
La noche se puso fea.
La lluvia está haciendo el pan.

Llueve. El reloj no ha sonado,
pero yo ya estoy despierto.
El tiempo está en tiempo muerto.
Llueve sobre lo mojado.
La luz aún no la han quitado
(al menos en esta zona)
Y esto asombra: ¿nos perdona
la crisis por el ciclón?
Si es así, la información
la tranquilidad abona.

Desayuno y me concentro
en la crónica: huracán
que golpea Cuba. Es Ian
y occidente el epicentro.
Enciendo la tele. Dentro
hay lluvia y vientos en racha.
Lluvia que cae y emborracha
los rincones de Artemisa.
Viento, ronco, que improvisa,
y corta el tiempo. Es un hacha.

Y en Mayabeque también.
Y en la Isla y en Pinar.
Las palabrotas del mar
se oyen, pero no se ven.
Yo ya no sé quién es quién
de los que hablan en pantalla.
Pero no importa. Hay batalla
contra la naturaleza.
Hay una fea belleza
cuando el Dios del Tiempo estalla.

Sigo en la tele los partes.
Fase de Alarma en La Habana.
Esto de “Alerta Temprana”
funciona bien. No descartes
que no sea grave el martes.
Cumplan. No sean suicidas.
Lean todas las medidas.
Protejan bien las viviendas
Quiten antenas. Tremendas
normas para salvar vidas.

Cuando la tierra se enchumbe
(charcas espectaculares)
aléjate de lugares
con peligro de derrumbe
Haz todo lo que te incumbe.
Cumple todas las etapas.
Conoce tus propios mapas.
No cruces ríos ni estanques.
Llena con agua los tanques
elevados. Pon las tapas.

No andes por zona inundada.
No toques cables eléctricos.
(Ni busques rimas con “-éctricos”
que no vas a encontrar nada.)
Leo cada orden dictada
hoy por la televisión.
Vuelvo a entender la razón
por la que (nuestros aciertos)
en Cuba hay tan pocos muertos
cada vez que hay un ciclón.

En el Estado Mayor
de la Defensa Civil
se multiplica por mil
el esfuerzo protector.
Cuba es ejemplo mayor
en la lucha anticiclónica.
Cuba es una isla icónica
contra estos crudos eventos.
De estos méritos (sin cuentos)
dejo constancia en mi crónica.

(Y para los entendidos:
sé que usé rima asonante,
pero eso no es importante
cuando impera el contenido.
Y para los “rima-heridos”
sé que he vuelto a rimar mal
—en singular con plural—,
mas vuelvo a decir lo mismo:
Lo evito en el repentismo,
en lo escrito, me da igual.)

La televisión avisa
de Ian y su poderío.
Alarma en Pinar del Río,
Mayabeque y Artemisa.
La televisión revisa
todo con exactitud.
La información es virtud.
La revisión obligada.
También alarma en mi amada
Isla de la Juventud.

Fase de Alerta en La Habana,
en Matanzas, en Cienfuegos
y en Sancti Spíritus. Pliegos
de agua hay en cada ventana.
Pliegos de lluvia temprana,
Pliegos de viento insular.
Pliegos y dientes de mar
mordiendo y royendo costas.
Querido Ian, tus ripostas
las vamos a soportar.

Ya es Categoría 3.
Más de 200 kilómetros
por hora. Y nuestros barómetros
Con charcos de agua en los pies.
Hay una presión soez
de 950
hectopascales. ¿Tormenta?
No señor: fuerte huracán.
Y un nombre tan corto, “Ian”
Nos preocupa y atormenta.

Dejo la televisión.
Quiero mirar en directo
El Huracán y su efecto
En La Habana, mi región.
Salgo. Me asomo al balcón.
El cielo en las calles llora.
Pasa intrépida señora
bajo capa azul, de prisa.
El viento sopla, improvisa:
Hermosa banda sonora.

Los árboles se despiden
y no se van. Bailan solos.
Los charcos se ponen rolos
de burbujas y coinciden
en que los vientos dividen
la integridad del paisaje.
Nadie más pasa. Peaje
que cobra doña Natura.
Salir es una locura.
No es Hollywood. No hay trucaje.

Llueve a cántaros. Se mojan
mis pupilas (la mirada
está encharcada, inundada)
y temo que se me encojan.
¿Luego habrá quienes recojan
las hojas que se han caído?
Cierro los ojos. El ruido
de la lluvia me enamora.
Ya no me importa la hora.
Ya el tiempo es un sinsentido.
Forwarded from El Caimán Barbudo
Me encanta lo polisémico
de “tiempo”. Este “contratiempo”.
“Es temporal el mal tiempo”
es un hallazgo epistémico.
Tiempo, vocablo polémico.
¿”Temporal?” o “temporal”?
¿Este ciclón tropical
tendrá equivalente lógico
en el tiempo cronológico?
¿Es “mal tiempo” o “tiempo mal”?

Me he puesto trascendental,
filosófico, pedante.
Perdonen al diletante.
La culpa es del temporal.
Si hay cruces en el cristal
de la ventana, tal vez
para mi próximo envés
de ciclónicos despojos
me deja tapar los ojos
con cruces de San Andrés.

Hace tiempo no vivía
un huracán en La Habana.
Y me emociona. Me gana
la nostalgia, Habana mía.
Cuando era niño quería
que siempre hubiera huracán
Porque eran días sin plan,
sin escuela, sin trabajo.
Organizado relajo.
Días que no volverán.

Excepto que me levante
como hoy, y salga al balcón
le haga versos al ciclón
y con voz húmeda cante.
Ian, déjame ser tu amante.
Ian, déjame darte un verso.
Ian, méteme en tu universo.
Ian, pero no causes daño.
Ian, en tus charcos me baño.
Ian, ven, te invito a un almuerzo.

Y Ian se siente a la mesa.
Sonríe. Me pide pan.
Le digo: “haz la cola, Ian”
Y el pobre a reírse empieza.
Más nostalgia que tristeza
me da el tiempo huracanado.
Lisset y Nani a mi lado.
Las musas también contentas.
Y yo haciendo suculentas
décimas desde El Vedado.

8 y 10 de la mañana.
27 de septiembre.
Mi corazón unimembre
Se hace múltiple en La Habana.
Ian mira por la ventana.
Yo miro la carretera.
Ian conversa a su manera.
Yo saco al niño interior.
Y apago el televisor.
Te echo de menos, Rubiera.

POSTDATA:

Han empezado a llegar
noticias de qué ha pasado
y qué estragos ha causado
el huracán en Pinar.
Se comienzan a notar
los efectos del ciclón.
Destrucción. Desolación.
Miedo. Pérdidas. Destrozos.
Otra vez golpes costosos.
Otra vez preocupación.

Ánimo a nuestros vecinos.
Fuerza, amigos pinareños.
Hay más insomnios que sueños
Y más curvas que caminos.
Vientos. Lluvia. Remolinos.
Árboles que ya no están.
El paso del huracán
con sus vientos tan intensos
ha hecho destrozos inmensos
en la cola del caimán.

Hay tuberías partidas.
Casas sin tanques ni techos.
Dan lástima tantos hechos.
Mas no hay pérdidas de vidas.
Ay, Pinar, cuántas heridas.
Ay, cuántas penas, Pinar.
Voy a dejar de versar.
Las musas se me espantaron.
Tus imágenes mataron
mis ganas de improvisar.

...

Alexis Díaz-Pimienta
La Habana,
27 de septiembre de 2022
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