Día 13: Rompe con el Pasado
En este capítulo el autor nos dice que las etiquetas de “así soy”, “siempre he sido así” impiden nuestro progreso y debemos dejarlas atrás afirmando que somos unas personas nuevas.
El pasado actúa como una base para aprender, estructurar quiénes somos, cómo actuamos y cómo pensamos acerca de todo que nos rodea, las sensaciones y emociones que tenemos ante algo o alguien aunque no lo conozcamos. Sin embargo, revivirlo constantemente no es la mejor opción para seguir con nuestras vidas. Vivir en el pasado nos mantiene estáticos y evita que nuestra energía se mueva para realizar nuevos proyectos, los recuerdos sobre lo que fue o no fue le restan atención a las posibilidades del presente.
Si dices que “eres como eres”, lo único que consigues es reforzar tus límites mentales actuales, pero eso, puedes cambiarlo dejando atrás el pasado, perdonando y soltando el resentimiento hacia cualquier persona que te dañó, incluso si fuiste tu mismo.
Está demostrado que somos más eficaces a la hora de suprimir recuerdos de ofensas que se han perdonado. Si tu intención es crear una mejor versión de ti mismo, desarrollar la capacidad para olvidar esos recuerdos que te perturban y buscar nuevas metas, es una herramienta eficaz para conseguirlo.
Al crear metas pones en práctica la auto observación y así se te hace más fácil determinar y cambiar esos parámetros que hasta hoy han sido parte de esa limitante forma de ser que has adquirido.
"Cuando dejo ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser. Cuando dejo ir lo que tengo, recibo lo que necesito". – Lao Tzu
En este capítulo el autor nos dice que las etiquetas de “así soy”, “siempre he sido así” impiden nuestro progreso y debemos dejarlas atrás afirmando que somos unas personas nuevas.
El pasado actúa como una base para aprender, estructurar quiénes somos, cómo actuamos y cómo pensamos acerca de todo que nos rodea, las sensaciones y emociones que tenemos ante algo o alguien aunque no lo conozcamos. Sin embargo, revivirlo constantemente no es la mejor opción para seguir con nuestras vidas. Vivir en el pasado nos mantiene estáticos y evita que nuestra energía se mueva para realizar nuevos proyectos, los recuerdos sobre lo que fue o no fue le restan atención a las posibilidades del presente.
Si dices que “eres como eres”, lo único que consigues es reforzar tus límites mentales actuales, pero eso, puedes cambiarlo dejando atrás el pasado, perdonando y soltando el resentimiento hacia cualquier persona que te dañó, incluso si fuiste tu mismo.
Está demostrado que somos más eficaces a la hora de suprimir recuerdos de ofensas que se han perdonado. Si tu intención es crear una mejor versión de ti mismo, desarrollar la capacidad para olvidar esos recuerdos que te perturban y buscar nuevas metas, es una herramienta eficaz para conseguirlo.
Al crear metas pones en práctica la auto observación y así se te hace más fácil determinar y cambiar esos parámetros que hasta hoy han sido parte de esa limitante forma de ser que has adquirido.
"Cuando dejo ir lo que soy, me convierto en lo que podría ser. Cuando dejo ir lo que tengo, recibo lo que necesito". – Lao Tzu
Día 14: Libera la culpa
Nuestro querido maestro Robert Detzler solía decir que de todas las emociones la culpa era la más inútil de todas y que se asemejaba a estar sentado sobre una mecedora; ciertamente tendrías mucho movimiento, pero no te llevaría a ningún lado.
Según Wayne Dyer, otra zona errónea que debemos erradicar de nuestra mente es la que te hace sentir culpable; por las cosas que hiciste y que no has debido hacer, por las que no hiciste cuando has debido hacerlas y sobre todo por lo no sabes si podría haber sido mejor o peor pero igual te culpas por ello. En fin, cuando usamos la culpa como excusa para quedarnos atascados en el pasado y no avanzar hacia el futuro.
Ahora, aclaremos bien este tema. Es normal que te sientas mal por algo que hayas hecho (o no) en el pasado, sin embargo, el gran inconveniente radica en nuestra cultura, que nos indica que para demostrar que nos importa algo o alguien y que estamos arrepentidos de nuestras acciones debemos sentirnos constantemente culpables sin derecho a rectificar nuestra conducta; total, ya lo hicimos y no hay nada que lo pueda cambiar ¿cierto?
Sin embargo, sentirte culpable por algo pasado sólo consigue que malgastes tu tiempo y energías del presente en algo que no tiene solución, convirtiéndose en un obstáculo que te impide ser feliz. La verdadera lección que nos deberían dejar los errores cometidos está en hacernos responsables de nuestras acciones y en comprometernos en no volver a repetirlas.
Cometer errores forma parte intrínseca de nuestra vida humana y todos sabemos que con frecuencia mientras más nos equivocamos es cuando más aprendemos, pero culparnos por no haber sabido actuar mejor además de ilógico es desgastante.
Debemos comprender que del pasado se aprende para crecer en el futuro, sustituyendo la culpa por aprendizaje, responsabilidad y un cambio de actitud ante lo ocurrido. De esta forma comenzaremos a construir el futuro que deseamos, en base a las experiencias pasadas, pero viviendo en el presente. ¡Adiós mecedora!
Una buena disculpa tiene tres partes: lo siento, es mi responsabilidad y ¿cómo puedo corregirlo?
— Randy Pausch
Nuestro querido maestro Robert Detzler solía decir que de todas las emociones la culpa era la más inútil de todas y que se asemejaba a estar sentado sobre una mecedora; ciertamente tendrías mucho movimiento, pero no te llevaría a ningún lado.
Según Wayne Dyer, otra zona errónea que debemos erradicar de nuestra mente es la que te hace sentir culpable; por las cosas que hiciste y que no has debido hacer, por las que no hiciste cuando has debido hacerlas y sobre todo por lo no sabes si podría haber sido mejor o peor pero igual te culpas por ello. En fin, cuando usamos la culpa como excusa para quedarnos atascados en el pasado y no avanzar hacia el futuro.
Ahora, aclaremos bien este tema. Es normal que te sientas mal por algo que hayas hecho (o no) en el pasado, sin embargo, el gran inconveniente radica en nuestra cultura, que nos indica que para demostrar que nos importa algo o alguien y que estamos arrepentidos de nuestras acciones debemos sentirnos constantemente culpables sin derecho a rectificar nuestra conducta; total, ya lo hicimos y no hay nada que lo pueda cambiar ¿cierto?
Sin embargo, sentirte culpable por algo pasado sólo consigue que malgastes tu tiempo y energías del presente en algo que no tiene solución, convirtiéndose en un obstáculo que te impide ser feliz. La verdadera lección que nos deberían dejar los errores cometidos está en hacernos responsables de nuestras acciones y en comprometernos en no volver a repetirlas.
Cometer errores forma parte intrínseca de nuestra vida humana y todos sabemos que con frecuencia mientras más nos equivocamos es cuando más aprendemos, pero culparnos por no haber sabido actuar mejor además de ilógico es desgastante.
Debemos comprender que del pasado se aprende para crecer en el futuro, sustituyendo la culpa por aprendizaje, responsabilidad y un cambio de actitud ante lo ocurrido. De esta forma comenzaremos a construir el futuro que deseamos, en base a las experiencias pasadas, pero viviendo en el presente. ¡Adiós mecedora!
Una buena disculpa tiene tres partes: lo siento, es mi responsabilidad y ¿cómo puedo corregirlo?
— Randy Pausch