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No busco pertenecer.
La soledad no me asusta. Me afila.
No acumulo, dejo ir todo lo que no necesito.

Camino solo, pero no perdido.
No obedezco dioses, banderas ni algoritmos, reconozco su poder sobre la realidad.
Si algo me guía, es la coherencia interna.
Nada fuerzo, me alineo con lo que es.

La tecnología no me deslumbra.
La espiritualidad no me anestesia.
El conocimiento sin práctica es lastre.
Toco la realidad con precisión: mente clara, cuerpo despierto.

No predico. No corrijo. No convenzo.
Solo hago lo que soy.

El mundo está enfermo de exceso.
Mi forma de estar es una forma de cortar.
Ritual sin teatro. Saber sin espectáculo. Presencia sin demanda.

No necesito ser visto.
Necesito mantenerme real.

Observo más de lo que opino.
No enseño. Hago. Y quien ve, entiende.

Atento pero no alerta.
No negocio mi centro.
La disciplina no es castigo. Es silencio sostenido.
El silencio, mi mejor amigo.

Cuando no sé, escucho. Cuando sé, no interrumpo.
Mientras no sea nadie, lo seré todo.

Ya a esta altura, con que los crien ya es un montón, parece que todos se lo encargan al Estado o a los profesionales.

En matrix la mayoría son covidianos y estatistas, pero algunos se esfuerzan y para mas inri son kukas.

Todo lo que hacemos, cada acción, se hace por algo A CAMBIO.
Desde lo mas mundano: dinero, reconocimiento, etc. Hasta lo aparentemente no mundano, como amor, un mundo mejor, despertar a otros...
Son muy pocas las personas que actuan desde el Ser, que simplemente SON y eso se traduce en acciones, la mayoría quiere algo de los demás: su tiempo, su atención, sus recursos. Y todo lo que no es mutuo es malo en distinta medida.

En este plano somos esclavos de un modo de existir donde el intercambio no es voluntario sino forzado, ¿porque hay demonios en el poder y lo organizan así desde arriba hacia abajo? NO. Si bien eso sucede, ellos están ahí porque el resto esta compuesto por una masa de personas que se niegan a ser autodeterminadas, son dependientes, todo lo exigen, van por la vida tratando a los demás como si les debieran algo. Son intrinsecamente vividores, consumidores de energía ajena, y no lo ven, creen que ellos son los consumidos, como si pudieran ser mas, mejores, pero los malignos no los dejan... Se engañan a sí mismos. Nadie los detiene, pero sus mentes son como ese elefante criado con una pata atada a una silla de plástico. De adulto, cuando llega a pesar toneladas, no sabe que podría arrastras un camión, y cuando atan su pata a una silla de playa... no se mueve mas. Morirá de hambre si no lo alimentan. Entonces hace trucos, o carga gente para recibir A CAMBIO, su alimento.

Dejar de actuar como esclavo incluye comprender esta dinámica de actuar a cambio de.