¿𝗖𝗼́𝗺𝗼 𝗹𝗼𝗴𝗿𝗮𝗿 𝘆 𝗺𝗮𝗻𝘁𝗲𝗻𝗲𝗿 𝗲𝗹 𝗲𝗾𝘂𝗶𝗹𝗶𝗯𝗿𝗶𝗼 𝗲𝗻 𝗻𝘂𝗲𝘀𝘁𝗿𝗮 𝘃𝗶𝗱𝗮?¿𝗖𝗼́𝗺𝗼 𝘁𝗿𝗮𝗯𝗮𝗷𝗮 𝗲𝗹 𝗷𝗮𝗿𝗱𝗶𝗻𝗲𝗿𝗼?
Selecciona el terreno y, según la temporada, siembra las semillas apropiadas. El disfruta de su trabajo: labra la tierra, esparce las semillas y más tarde riega la planta; sin embargo, en última instancia sabe que es la naturaleza la que manifestará su milagro de vida. El jardinero debe estar siempre atento, asegurándose de que haya suficiente agua, que no ataquen los insectos; pero no puede dominar el proceso. El coopera y colabora con la naturaleza, pero no debe interferir. El jardín más hermoso es el producto de la asociación entre él y la naturaleza. El acata sus leyes, comprendiendo cuándo ha de participar y cuándo esperar. El verdadero éxito se basa siempre en la asociación. Una verdadera asociación no sólo acepta el propio papel sino también el de otras personas. Permitimos que otros contribuyan, sin pasar por alto nuestras responsabilidades. La gente se olvida de mantener el equilibrio.
El jardinero debe comprender la ley del equilibrio; de otra manera hará demasiado o muy poco, y la belleza y productividad del jardín se verán mermadas. El jardinero debe respetar el tiempo; debe tener la paciencia de esperar la estación adecuada para sembrar, porque si determinadas semillas se plantan en el momento equivocado o en el lugar erróneo de nada servirá la atención que se les brinde. Sin embargo, no basta con tener paciencia; si no se entiende lo que es apropiado, la paciente espera no concuerda con la verdad de una situación.
Extraído del libro DESCUBRIENDO LA ESPIRITUALIDAD
Selecciona el terreno y, según la temporada, siembra las semillas apropiadas. El disfruta de su trabajo: labra la tierra, esparce las semillas y más tarde riega la planta; sin embargo, en última instancia sabe que es la naturaleza la que manifestará su milagro de vida. El jardinero debe estar siempre atento, asegurándose de que haya suficiente agua, que no ataquen los insectos; pero no puede dominar el proceso. El coopera y colabora con la naturaleza, pero no debe interferir. El jardín más hermoso es el producto de la asociación entre él y la naturaleza. El acata sus leyes, comprendiendo cuándo ha de participar y cuándo esperar. El verdadero éxito se basa siempre en la asociación. Una verdadera asociación no sólo acepta el propio papel sino también el de otras personas. Permitimos que otros contribuyan, sin pasar por alto nuestras responsabilidades. La gente se olvida de mantener el equilibrio.
El jardinero debe comprender la ley del equilibrio; de otra manera hará demasiado o muy poco, y la belleza y productividad del jardín se verán mermadas. El jardinero debe respetar el tiempo; debe tener la paciencia de esperar la estación adecuada para sembrar, porque si determinadas semillas se plantan en el momento equivocado o en el lugar erróneo de nada servirá la atención que se les brinde. Sin embargo, no basta con tener paciencia; si no se entiende lo que es apropiado, la paciente espera no concuerda con la verdad de una situación.
Extraído del libro DESCUBRIENDO LA ESPIRITUALIDAD